Quien haya sufrido los atroces mordiscos de su pequeño amor, entenderá la llamada de socorro con la que titulo este post.

La primera vez que tu hijo te muerde te sorprendes, la segunda, con mucha calma, intentas explicarle que eso no se hace… Pero cuando esto se convierte en un hábito… ¡Es difícil contener el enfado! Porque los mordiscos de tu niño, aunque amado y adorado, son unos mordiscos que te hacen daño.

Con mi hijo mayor, que ahora tiene tres años, he pasado verdaderos momentos de tortura. Siempre ha sido un niño muy nervioso y le ha costado controlar sus impulsos. Mi hijo pequeño, de un año, ha empezado esa etapa (también es muy nervioso) y, la verdad, ya no tengo la paciencia que tuve con el mayor. Así que, en tono muy serio le digo que eso no se hace, y como se ríe, me aparto de él. Y es que… si no se les ayuda a aprender a controlarse, esto puede convertirse en un problema.

¿Quién no ha oído de quejas o denuncias entre padres porque un niño ha mordido a otro? A veces, no se trata de pequeños mordiscos, sino de mordiscos que provocan graves lesiones a otros pequeños. Aunque, afortunadamente, eso son casos extremos.

[clickToTweet tweet=»¿También te muerde tu pequeño amor? Te cuento mi experiencia y cómo lo solucioné en este post #mordiscos #peques» quote=»Nuestros bebés no entienden el daño que causan cuando muerden, ni cuando arañan… todavía no saben expresarse de otra forma. Nosotros tenemos que saber esto y actuar con mucha paciencia e infinito amor»]

¿Y por qué muerden los niños?

Los niños no saben controlar sus impulsos, yo misma lo acabo de comentar un poco más arriba, sobre el comportamiento de mi peque mayor.

Es otra fase más de su desarrollo, que suele aparecer cuando el niño empieza a interactuar con los demás de una forma autónoma.

Unas veces muerde por la incapacidad que tiene de controlar la fuerza y le molestan las encías, otras como forma de llamar la atención, otras cuando está nervioso… Suele durar hasta los dos años, y, como mucho, hasta los tres años.

Ya sabemos que los bebés utilizan la boca como primer medio de contacto con el entorno, es su forma de explorar, de sentir… Por eso se llevan todo a la boca.

Cuando un bebé muerde, no es consciente del dolor que causa. Eso deberíamos tenerlo claro antes de enfadarnos. El bebé no es consciente de que hace daño, ni lo pretende. No es su intención hacer daño. Sólo quiere jugar, explorar, comunicarse… Y esa es la única forma que tiene de hacerlo.

 

¿Y qué podemos hacer?

Solucionar esto no es fácil. A mí de hecho, no me ha resultado fácil. Pero también depende del niño y de la forma en que tratemos el tema. ¿Cómo enseñarle a que no tiene que morder?

Pues con mucha paciencia, retirándole la boca, diciéndole que eso no te gusta porque te hace daño, haciéndole ver que sientes dolor si te muerde.

Pero sobretodo, sobretodo, nunca hay que morderle para que experimente lo que uno siente al ser mordido. Esto le enseñaría una actitud contraria a la que pretendemos. Sí, ya sé que es una costumbre muy extendida, y que muchos papás dicen contentos que así lo solucionaron. Pero no está bien. Le estamos enseñando a través del miedo. Yo intento mantener una premisa: educar en positivo. Reconozco que no siempre es fácil, es más, muchas veces es muy difícil. Pero creo en la disciplina positiva y en todo lo que ello aporta. Es así como quiero educar a mis hijos.

Así que, recuerda: sin morder.

Hay que evitar siempre el castigo. Basta con decirle que eso no se hace y, como mucho, apartarlo o apartarte de él por un minuto o dos (nunca demasiado tiempo). Con esto, y mucha paciencia, conseguiremos que el niño entienda que no debe morder.

La verdad es que no es fácil, pero con mucho cariño y paciencia infinita conseguirás que tu peque aprenda a manifestar sus emociones de otra forma, sin hacer daño.

Yo así lo hice… con mi peque mayor costó mucho. Mucho. Y cuando dejó de morder empezó con otro tic que era arañar suavemente. Era tan suave que al principio le dejaba, pero llegó a hacerme heridas… y luego arrancaba las costras… imagina.

Fue muy difícil esa etapa. Casualmente ¿casualmente? coincidió con el nacimiento de su hermano. Estaba muy, muy nervioso. Esa fue su forma de expresarlo.

¿A ti también te pasa? ¿Cómo actúas con tu peque cuando muerde?

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Mil gracias por leerme y hasta la próxima



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