Uno de los consejos que te dan cuando estás embarazada es «aprovecha a dormir ahora, que luego no podrás».
Tú eres consciente de que nada será igual, pero no tienes ni la más remota idea de lo que te espera.
Durante mi embarazo padecí insomnio, de repente me despertaba y ya no podía dormir más. Era una sensación rara, porque yo sentía que estaba durmiendo y de repente abría los ojos y ya estaba despierta… Puede que mi cuerpo se fuera preparando para lo que iba a venir después.
Y no estoy hablando de los meses del principio, no. La mayoría de los niños duermen mucho, sobretodo los primeros meses. Pero mis hijos no, mis hijos no han dormido mucho nunca. Es más, no les gusta dormir, y por tanto, no quieren dormir.
Te dan muchos consejos y mucha teoría. Y yo he probado muchas cosas (menos dejarlos en la cuna llorando), pero si el niño es nervioso y no quiere dormir, es muy difícil. Y cuanto menos duermen, menos quieren dormir. Esto lo entiende poca gente. Y es muy duro, realmente duro. Porque arrastras un cansancio que puede contigo, te quita energía y paciencia. Y, con los niños, sobretodo hay que tener mucha paciencia.
Este tema da para mucho, así que voy a hacer varias partes, para no cargar todo en este post.
¿Cómo dormir a un recién nacido?
Para mí esto ha resultado lo más fácil. No me he complicado y he antepuesto nuestro descanso a las rutinas y consejos de los demás: he practicado en ambos casos el colecho, es decir, he dormido con mis pequeños en mi cama. Así, he podido descansar un poco más, y mis hijos también. Eso sí, duermes pendiente del niño (no vaya a ser que se caiga, no vaya a ser que le tape demasiado, no vaya a ser…). Pero, al menos, algo más duermes, o por lo menos, descansas. Y ellos duermen mejor, más felices. Y luego no he tenido problemas a la hora de pasarlos a la cuna. Mi hijo mayor estuvo durmiendo en nuestra cama durante el primer año, y cuando estuvo preparado lo pasamos a la cuna y sin problema. El pequeño, casi diez meses, y lo mismo.
Como en todo, hay gente partidaria y gente detractora. Pero, si algo he aprendido, es que cada uno tiene que actuar según su propia forma de pensar y sentir, y tener en cuenta, además, todas las circunstancias (familiares, cansancio, etc…).
Beneficios del colecho
Según los seguidores
- Maman más, ya que al dormir con la madre, buscan más el pecho.
- Los bebés descansan mejor, ya que están junto a sus madres, están más tranquilos y relajados.
- LLoran menos, al estar más tranquilos.
- Se reduce el riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL).
- Se refuerza el vínculo afectivo entre el bebé y las personas con las que duerme (madre, padre o ambos).
- Se evita la separación forzosa, quedando el bebé relajado y tranquilo.
- Se refuerza la autoestima y el autocontrol, fomentando niños más independientes y seguros de sí mismos.
Desventajas del colecho
Según los detractores
- Los bebés se despiertan más veces durante la noche, aunque son despertares muy breves.
- Puede existir riesgo de asfixia o aplastamiento del niño si no se practica de forma segura.
- Muchos niños, a medida que crecen tienden a cruzarse, pegar patadas y resulta muy molesto para los padres, despertándoles continuamente.
- Los niños pueden caerse de la cama, si no tiene las medidas de seguridad adecuadas.
- La pareja pierde su intimidad (algo importantísimo para seguir alimentando su relación).
- Se puede crear una dependencia de los papás para conciliar el sueño.
Pero esto sólo es información de ventajas y desventajas de la práctica del colecho. Cada uno tenemos que actuar según nuestras creencias, sentir y forma de pensar. ¿Quién mejor que nosotros para saber lo que es mejor para nuestro hijo?
Y hasta aquí la primera parte del post «Y por qué no duermes». No tardaré en colgar la segunda 😉
¡Hasta la próxima!
Mil gracias por leer El Rincón del Peque 🙂
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