Dormir con tu retoño no siempre es fácil, ni es un camino de rosas, hay circunstancias que pueden complicarlo un poquito. Por eso hoy quiero enseñarte el lado no tan bueno, después del post «Ventajas de practicar el colecho» en el que te expliqué los grandísimos beneficios que tiene. Pues ahora tocan los inconvenientes. Y ahí le pongo yo mi experiencia, por si te puede ayudar. Sigue leyendo 😉

A todo lo bueno y todo lo que llegas a sentir durmiendo con tu hijo, tienes que añadirle un ingrediente más agrio. Como te comenté en el post Ventajas de practicar el colecho dormir con mis hijos ha sido muy bonito y he podido sentirlos intensamente, y ellos a mí. Además he podido descansar más y ellos se han sentido más protegidos y felices.

Pero dormir con tu pequeñín, sobretodo si hablamos de un recién nacido o un bebé pequeñito tiene alguna cosa que hay que tener en cuenta.

INCONVENIENTES DE PRACTICAR COLECHO

  • Puede existir riesgo de asfixia o aplastamiento del niño si no se practica de forma segura. Este es uno de los grandes riesgos de dormir con nuestros bebés, sobretodo si son pequeñitos. Por eso, mi matrona nos aconsejaba en las clases de preparación al parto que si decidíamos dormir con nuestro bebé, lo pusieramos a nuestro lado y al extremo de la cama, nunca en medio. Se refería a que el instinto de la madre de dormir en alerta no lo tiene el padre y sin querer podría hacerle daño. Y yo así lo hice.
  • Muchos niños, a medida que crecen tienden a cruzarse, pegar patadas y resulta muy molesto para los padres, despertándoles continuamente. Bueno, esto lo hace mi hijo pequeño, y sí, a veces me molesta e incluso me hace daño, pero qué quieres que te diga, normalmente cuando el niño hace esto suele ser ya más mayorcito. Tú puedes decidir entonces, porque a lo mejor el niño ya está preparado para dormir en su cuna. A mí esto no me frena para dormir con él.
  • Los niños pueden caerse de la cama, si no tiene las medidas de seguridad adecuadas. Y aquí es cuando tienes que valorar lo cansada que estás y lo que se mueve tu hijo. Todavía conservo el susto que me pegué cuando mi pequeñín pequeño, siendo un bebé de meses, se cayó  de la cama. Me desperté horrorizada con su llanto. Fue una sensación tan horrorosa que decidí ir a caballo entre nuestra cama y su cuna.

Yo dormía protegiéndole para que no se cayera, ponía una almohada, había suficiente espacio, sin embargo el peso del cansancio me relajó y mi niño se movía tanto que se cayó. No se hizo daño, ni siquiera lloró mucho, pero a mi me espantó y todavía hoy lo recuerdo con un sentimiento de culpabilidad y pena tremendos. Así que a partir de entonces decidí que, una vez dormido, durmiera en su cuna. Para evitar esto una buena solución es la cuna de colecho o poner una barrera en la cama.

  • La pareja pierde su intimidad (algo importantísimo para seguir alimentando su relación). La intimidad la pierdes, claro que sí, pero la pierdes en cuanto tienes un hijo. Nada es lo mismo, ni siquiera el tiempo. Mi experiencia en este sentido ha sido positiva, hemos superpuesto el bienestar familiar al nuestro propio, y hemos encontrado intimidad en otros momentos. Esto ya es cuestión de cada pareja, de si le va a suponer mucho o no perder su espacio y su intimidad.
  • Se puede crear una dependencia de los papás para conciliar el sueño. Este inconveniente me repatea bastante, la verdad. ¿Dependencia de los papás? Claro que sí, pero dependencia en todo hasta que el niño se encuentre preparado para afrontar situaciones por sí mismo. Pero es que a veces esperamos de los niños cosas que a mí, personalmente, me parecen antinaturales.

Eso es lo que pienso yo, pero por supuesto que supone un inconveniente si tu idea es que el niño se duerma solo y no te necesite para dormir. Si duerme contigo sabe que tú estás ahí. Y espera eso  de ti, la seguridad y amor que le transmites.

¡Cuántas veces me lo han dicho a mí! Y que luego no los sacaría de la cama de ninguna manera… Pues tengo que decir que los dos duermen solitos y duermen muy bien. Si algún día necesitan dormir en nuestra cama, los metemos con nosotros y sin problema. Si están malitos o veo que rondan algo, los echo directamente en nuestra cama… Lo malo: dormir cuatro en la misma cama. Los días que dormimos los cuatro juntos yo me levanto con la espalda fatal, porque duermo entre mis dos pequeñines apretujada, y mi marido con medio cuerpo fuera de la cama, jaja. Mis retoños duermen genial y anchos 😉

  • Hay quien dice que cuando duermen con los padres se despiertan más, pero yo en esto no estoy de acuerdo. Se despiertan lo mismo, la diferencia es que al despertarse y sentirse protegidos se quedan tranquilos y relajados. Otra cosa es que cuando toman el pecho comen más, al tenerlo a su disposición, eso sí. Pero si maman… será que lo necesitan, ¿no?

De estos inconvenientes los más importantes son los que podrían causar daño a tu bebé y, si sientes que estás tan agotada que no te fías de ti misma lo mejor es utilizar una cuna de colecho. Si quieres recordar todos los beneficios que tiene el colecho para ti y tu peque, sólo tienes que pinchar aquí.

Sobretodo, valorar los beneficios y los inconvenientes y hacer lo que tú sientas que debes hacer. Y hasta aquí la segunda parte. El próximo miércoles publicaré la tercera y última parte. ¡No te la pierdas!

¿Has practicado colecho? ¿Te han bombardeado asustándote con los inconvenientes a ti también? ¿Estás de acuerdo con ellos?

Espero que te haya gustado, si te ha gustado ayúdame a compartirlo 🙂

Gracias por leerme. ¡Hasta la próxima!



Pin It on Pinterest

Share This