En el post de hoy explico qué es la adquisición de los hábitos de higiene, porqué es importante para los niños y cómo podemos conseguirlo. Sigue leyendo 😉

Hace unos días, a raíz de una reyerta entre mis dos pequeñines, ambos terminaron con dos arañazos en la cara. Cada uno tenía la marca del otro (quedaron empate y porque fui a separarlos).

La cuestión es que el arañazo de mi pequeñín Pequeño se curó enseguida y un par de días después ya apenas se notaba. En cambio, el arañazo de mi pequeñín Mayor cada vez era más grande.

¿Por qué?

Pues porque cada vez que tenía la cicatriz con corteza, se la arrancaba.

Y así pasaban los días y seguía igual. Hasta que le explicamos que la cortecita la hacían unos animalitos buenos para curarle, y si se la arrancaba, entonces venían los animalitos malos y se pondría enfermo.

Y en una oleada de porqués nos vimos envueltos en virus. Sí, sí, en virus. Y es que como últimamente los virus han campado a sus anchas en esta casa (en forma de resfriado, gastroenteritis…), pues yo creo que ya entiende de qué va la historia.

Además, los anuncios de la tele de medicamentos para los resfriados ayudan mucho, jaja, sobretodo hay uno que le ha llamado especialmente la atención y es que los virus, que son unos pequeños monstruitos azules, pululan sobre la cabeza de un hombre, y luego explotan y desaparecen.

Nos costaba que se lavara las manos antes de comer, así que aprovechando la sinergia le dijimos que tenía que lavárselas porque si no, se metería los virus en la boca y se pondría malito otra vez (acababa de pasar una gastroenteritis).

Y, oye, que funcionó. Ahora entiende por qué tiene que lavarse las manos. Lo gracioso es que cuando las tiene muy sucias no se las lava él solo, necesita que vayamos a abrirle el grifo porque tiene miedo de  tocar el grifo con los virus. Y así estamos, aunque creo que eso se le pasará enseguida y, por lo menos, hemos conseguido que entienda por qué tiene que lavarse las manos antes de comer.

La cicatriz,  por supuesto, tardó, pero consiguió cicatrizar 😉

Y es que esto me ha hecho pensar en cómo los niños viven todo lo que les contamos, por eso es importante decirles la verdad e intentar explicarles el por qué de las cosas, como por ejemplo los hábitos de higiene, no arrancarse las cortecitas… Luego la imaginación de ellos ya hace el resto, jaja.

He leído mucho sobre esto, y la verdad es que es un tema que me parece muy importante, por eso intentamos inculcar a nuestros hijos unos hábitos de higiene correctos. Ya te comenté aquí cómo empecé yo a enseñarles a lavarse los dientes (si estás en esa fase, te recomiendo que lo leas), y es que dicen los profesionales que los hábitos de higiene tienen que crearse durante la infancia, y eso se consigue creando rutinas sobre los mismos.

Nosotros hemos establecido nuestra rutina que, más o menos tienen asimilada (aunque mi peque Mayor a veces intenta escaquearse). Antes de cualquier comida, se lavan las manos. Después de cualquier comida, se lavan los dientes. Y luego está la rutina diaria (baño, pijama, cena, cuento y a dormir).

Intentamos estar con ellos y que vean que nosotros también lo hacemos, no hay que olvidar que los niños aprenden sobretodo por imitación. 

¿Con esto qué conseguimos?

Conseguimos que el niño asimile el hábito y lo incorpore a su rutina diaria, de manera que cuando sea más mayor lo tenga tan adquirido que siga haciéndolo por él mismo.

Los hábitos de higiene proporcionan autonomía al niño, le dan seguridad y confianza, ya que él es el encargado de realizar las tareas de higiene de su propio cuerpo. Se lava los dientes, se lava las manos, se pasa la esponja por el cuerpo… Eso sí, no sé tú, pero lo de la cara se la tengo que lavar yo a los dos, porque no les gusta nada, nada 😉

Además, realizando estas tareas nuestro peque irá coordinando cada vez más, y mejorando sus destrezas y habilidades. Va todo relacionado con todo, si nuestro peque va haciendo cositas como lavarse los dientes, las manos, limpiarse en el baño… pues eso va relacionado con una mayor autonomía para vestirse y desvestirse, control de esfínteres, etc…

¿Y tú cómo llevas los hábitos de higiene con tu peque? 

¡Gracias por leerme!

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Besos y hasta la próxima,



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