Te escribo a ti, que seguramente deseas ser mamá.
Y te escribo antes de que lo seas, no vaya a ser que luego te arrepientas, que ahora está de moda. Así puedes pensártelo bien y ver si realmente quieres serlo, para que no digas que nadie te advirtió.
Sí, la maternidad a veces es jodida, muy jodida. Y si tienes más de un hijo, todavía más.
Pero eso sólo lo vemos las mamás, después. Y mira que advierten, pero algo nos hace esperar algo idílico, demasiado idílico. O quizás es que nos lo venden así, ya no lo sé.
Y de todo hay, no te voy a engañar.
Yo no cambio a mis retoños por nada del mundo. Y no envidio mi vida anterior, ni la hecho de menos.
Pero a veces si me gustaría tener algo de tiempo para mí.
[clickToTweet tweet=»Lo que cambia la vida cuando te conviertes en mamá. ¿Te sientes identificada, mamá? Para ti: futura mamá.» quote=»La vida pega un vuelco cuando te conviertes en mamá, ni todo es mejor ni peor, simplemente cambia. Yo lo tengo claro, prefiero mil veces mi mundo desbarajustado con mis pequeñines, ahora soy más feliz.»]
Y no, lo más difícil no es cuando nace tu bebé, lo más difícil viene después. Cuando tienes que educar a ese bebé. Cuando empiezan las rabietas, el desorden, el caos y las guerras frías en toda regla.
Y te lo digo yo, que tardé cuatro años en empezar a dormir una noche de tirón. Como has oído… ¡cuatro años!
¿Sabes lo que es no dormir más de dos o tres horas seguidas durante todo ese tiempo? Una mierda.
Pero no creas que después se duerme igual, qué va, tienes una especie de sensor que hace que cada movimiento de tu hijo (que duerme en otro cuarto) tú lo notes.
Y, sí, te despiertas. Porque eres madre, ya no eres tú sola.
Y ese instinto lo tienes incluso dormida.
Ahora no vayas a pensar que seré yo porque tengo problemas para dormir. ¡Qué va!
Yo dormía como un lirón, podía haber ruido, tormentas con truenos… nada me despertaba… hasta que me quedé embarazada de mi hijo mayor.
Ahora oigo incluso cuando llora la hija de la vecina (¡así es!).
Pero luego vienen días de caos, días en los que el niño tiene ganas de jugar y tú estás agotada. Días en los que necesitas hablar con tu pareja y no puedes.
Y ya no hablo de intimidad, que eso ya es harina de otro costal… sí, la cosa cambia mucho.
Mis hijos se llevan 22 meses, así que supongo que eso habrá influido para tanto caos. Eso, y que son niños movidos.
Y el caos te desespera, porque no son sólo los juguetes, es que tú limpias y ellos van detrás ensuciando, son los kilos de ropa que se acumulan… y cosas que rompen, y paredes que ensucian…
Y los niños se ponen enfermos.
Con eso también tienes que contar, que se ponen enfermos, y muy a menudo.
Unas veces te angustiarás de la preocupación y otras sólo sufrirás el cansancio que produce la noche en vela.
Porque tendrás noches en vela, aunque al día siguiente tengas que madrugar para ir a trabajar. Irás sin dormir. Sí, tranquila, podrás hacerlo.
Y empezarás a pasar fases, pero piensa que detrás de una irá otra fase, y otra, y otra… las fases no se terminan. Así que disfruta lo que puedas de cada una de ellas.
Pero será inevitable que a veces te agobies, y te agobiarás mucho.
Y notarás el cansancio.
LLega un momento que todo pasa a segundo plano… El primer plano son ellos: ellos de bebés, ellos en el colegio, en las extraescolares… ellos en todo momento de tu día a día, siempre.
Así que ten claro que tu vida va a cambiar, claro que sí.
La mía ha cambiado, pero a mejor. Claro que a días estoy agotada, y agobiada, y que necesito tiempo para mí y para mi pareja. Pero no podría ser más feliz que ahora, con ellos.
Porque… ¿sabes qué? A cambio de todo eso tendrás lo más maravilloso del mundo: un hijo.
Y su amor incondicional. Y su sonrisa. Y sus primeras palabras. Y las siguientes… Y sus juegos, sus travesuras y sus «te quiero, mamá» o «eres la mejor mamá del mundo».
Eso no se paga con nada.
Y aunque haya trabas en el camino tú seguirás adelante, las superarás y les ayudarás a superarlas, pondrás todos tus esfuerzos, tu amor, tu energía, tu entrega…
Y verlos crecer felices y sanos será tu mejor recompensa.
Pero recuerda, te avisé, la maternidad a veces es muy difícil 😉
¡Hasta la próxima!
Y que razón tienes, te cambia la vida por completo, es duro pero yo ahora soy más feliz que nunca. Para mi el mayor de los cambios ha sido la pareja,todo cambia cuando tienes un bebé, pero hay que saber cuidarla.
Un besazo.
Pues es que es así, a veces difícil, a veces no tanto, a veces más… y cambios, muchos cambios. Sobretodo a nivel de tiempo libre, limpieza, organización de casa, y de pareja, pero como tú dices hay que saber cuidarla. Y aprovechar cada segundo (porque esto va por segundos) que te dejan los peques. Aprendes a aprovechar más el tiempo, a organizarte mejor y a disfrutar más. Porque se disfruta de una forma más intensa, mejor. Yo, como la mayoría de las madres, aunque cansada, ahora soy la mujer más feliz del mundo. No concibo mi vida sin mis peques ni, por supuesto, sin mi pareja. Y soy feliz, muy feliz, aunque a veces me queje… pero luego me sonríen y se me ilumina el mundo. ¡Un beso enorme!
Y taanto!! Mis tres hijos son seguidos, 6, 4 y 3 añitos así que imagínate jajajaja hace poco le siento mejor pero tengo recaídas de estrés 😛
El tiempo pasa, van creciendo y pronto hecharemos de menos a nuestros peques 🙂
¡Tú sí que lo sabes bien! Es duro pero merece la pena, eso sí, llegamos a la maternidad con una imagen muy idílica 😉
A mi no me gusta decir que la vida «cambia», prefiero… Se vive de forma «distinta» 😉 por ejemplo antes quedábamos a cenar con los amigos y ahora es a comer o tomar café… Es distinto pero no ha cambiado 😉
Son formas diferentes de decirlo, pero la esencia es la misma 😉 De cualquier forma, esa diferencia es la más maravillosa del mundo, y no lo cambio por nada del mundo 😉 ¡Un abrazo!
Si que es díficil a veces y uno se esfuerza además por dar el mejor de los ejemplos, pero como dices TODO vale la pena, yo tampoco extraño mi vida de antes de…
besitos
Pues sí, un hijo te enseña a ser mejor persona, o por lo menos a esforzarte para serlo. El ejemplo es su mejor aprendizaje. Es difícil, es cansado, agotador a veces pero merece infinitamente la pena 🙂 ¡Besos!
Tu vida nunca puede ser igual con hijos que sin ellos. Claramente son caminos distintos. Yo nunca he pensado que alguien haya idealizado la maternidad. Nada en la vida es facil, y la maternidad mucho menos. Pero no cambiaría lo que tengo por nada, por muchas noches q no duermas, muchos berrinches que soportes, pero muchos besos pequeñitos y verdaderos que recibas ? Un saludo guapa!
Cambia todo… y yo me quedo con eso: con los besos pequeñitos, las sonrisas, la complicidad que se establece con tu hijo… Con todo eso. Cuando hablo de idealización es que hay muchas cosas que no suelen comentarse, como el posparto, la lactancia, las noches sin dormir… Aunque creo que eso ahora está cambiando. ¡Un besazo!