¿Quién no ha tenido hucha de pequeño? Raro era no tener hucha, y creo que sigue siendo así.
Aunque la verdad es que mis peques tienen porque para mi suegra era muy importante que tuvieran hucha desde casi el nacimiento (algo que yo no compartía con ella tan pronto, pero bueno…).
Así que enseguida regaló una hucha a mi peque mayor y poco después de nacer, otra a mi peque pequeño.
Si en algo me esfuerzo y me he esforzado desde que nacieron, es en intentar que mis hijos no sean materialistas.
Quiero que sean felices con cualquier cosa, que no necesiten más de lo que tienen, que no valoren a las personas por lo que tienen o por lo que les dan, que no se dejen comprar… Y ahí van mis esfuerzos.
De momento, son pequeños, pero son muy agradecidos con cualquier cosa y disfrutan y son felices con lo que tienen. Eso no quita que les guste tener más juguetes, más cosas, etc…
Lo cierto es que hace poco una amiga me comentó cómo había incentivado a su hijo por un tema que le estaba costando un montón al peque. La recompensa eran 25 céntimos cada día que lo conseguía. Pasaron dos o tres meses y el objetivo se cumplió.
Y para que entendiera que su esfuerzo tenía recompensa y que ese dinero tenía un valor fue al banco a por cartuchos para poner monedas y con la bolsa de todas las monedas fueron a una tienda a comprar un juguete. Lo que él quisiera por ese valor.
Quiso un juguete muy molón, y lo compró.
Y así, el peque entendió muy bien que con su esfuerzo había conseguido día a día todo ese dinero. Y con ese dinero había podido comprar el juguete que quería.
La verdad es que cuando me lo contó me pareció algo fantástico.
No es que tengas que incentivar al niño para que vaya haciendo las cosas, o consiguiendo hitos, pero, a veces, igual que me pasó a mí con el control de esfínteres no queda otra. Y puede ser una solución fantástica. Si no lo has leído escribí un post sobre los carteles para el control de esfinteres que hice para mis peques. Tuve un éxito rotundo.
Volviendo al tema de la educación financiera… Hasta ahora, nosotros habíamos canjeado las monedas de la hucha por billetes y los peques no habían sido conscientes del valor que tenían esas monedas.
Lo que hizo mi amiga me dio una idea: en lugar de canjearlo por billetes, lo metemos en cartuchos y que vean cuánto dinero tienen.
Así que, como las huchas ya estaban llenas, las vaciamos y empezamos a contar.
No veas la emoción que llevaban, mi peque mayor gritando que ¡era rico! (estaban para grabarlos) 🙂
Pero me di cuenta de que el proceso no podía terminar ahí. Tienen que entender que las monedas no son iguales, y que los billetes tienen más valor que las monedas.
Y así, fuimos enseñándoles (sobre todo a mi peque mayor) que la moneda de un euro vale más que la de 50 céntimos. Y que los billetes tienen mucho más valor.
Juntamos billetes y monedas, y hacíamos la comparativa. Este billete vale lo mismo que este montoncito de monedas. Todo muy visual.
Alucinaban y al principio no lo entendían, pero cada vez lo iban asimilando mejor.
Por otro lado, me esfuerzo mucho en que entiendan que es importante no malgastar el dinero y ahorrar. Así que les dije que cogeríamos un poquito de ese dinero para comprar lo que ellos quisieran, y el resto lo guardaríamos.
Te recuerdo que todavía tienen 3 y 5 años, así que es pronto para que tengan objetivos claros de compra. Vamos, que ahora alucinan con esto y al rato con aquello. Les viene bien cualquier cosa.
Me parece importante que aprendan a administrar su dinero, pero sobre todo, que tomen conciencia del valor de las cosas y del esfuerzo que supone adquirirlas.
Ahora, han tomado conciencia.
A lo mejor me paso, pero cuando cogen esas rabietas en las que provocan mi enfado dando golpes a las puertas, aporrean los interruptores de la luz o colgándose de las manetas… yo les digo que si lo rompen, lo pagarán con su dinero. Y les digo más o menos si tendrían suficiente o no. Cuánto de su dinero de la hucha necesitarían para pagarlo.
Por ejemplo, el otro día lo hizo mi peque mayor con la nevera nueva… Fue decirle que si rompía la nevera la tendría que pagar él, y como no tenía suficiente dinero de la hucha irían todos los regalos de cumpleaños, papá Noel, reyes, etc… para pagar la nevera. Lo entendió enseguida y dejó de intentar romperla.
Además, ahora que se acercan navidades y época también de cumpleaños, tengo el propósito de que tomen conciencia de todo lo que tienen, lo que necesitan y lo que ya no necesitan. Así que me he propuesto que sean ellos quienes decidan qué juguetes vamos a donar.
Y es que hemos creado una nueva norma: para que entren más juguetes en casa antes tienen que salir algunos.
Es más, me he dado cuenta que cuanto más tienen, menos juegan. Y sí, no tienen a su disposición todos sus juguetes, vamos alternando. Pero da igual.
Es una cuestión de orden y bienestar, que también estamos aplicando papá y mamá con nuestras cosas.
No sé si tú has empezado con tu peque a enseñarle el valor de las cosas, si también te preocupa no educar un niño materialista… ¡Cuéntame tu experiencia! 🙂
Besos y hasta la próxima,