Fue en noviembre. Pero con el lanzamiento del cuento La fuerza de mis pies y la vida que a veces te hace parar para poder continuar, pues me he retrasado en escribir este post que me apetecía muchísimo escribir. Me apetece un montón contarte cómo fue y qué vi… ¡Porque me encantó la visita!
La verdad es que cuando me propusieron desde Madresfera ir a visitar la fábrica sentí una inmensa alegría porque soy muy fan de Aneto, me encantan sus caldos no sólo por su sabor sino porque son caldos totalmente naturales. Así que es una visita que me apetecía un montón.
Pero, claro, a estas alturas ya me conoces un poco y ya sabes que yo lanzada, lanzada, no soy… Bueno, que me lanzo, pero que tengo mis miedos (estoy trabajando en ello mucho). Así que ya me veía yo en una odisea para llegar a Barcelona y a la fábrica.
Pero Josep, la persona responsable de la visita en Aneto, me tranquilizó enseguida y me lo puso muy fácil. De hecho fue Aneto quien se encargó de todo, yo sólo tenía que coger el autobús (aquí las combinaciones con tren son casi nulas, y el ave ya ni te cuento). Y en Barcelona me estaría esperando un taxi para llevarme directamente a la fábrica. Así que genial.
A todo esto, yo no sabía con qué bloggers iba a coincidir. Así que iba a ser sorpresa total.
El viaje no se me hizo largo, estuve entretenida. Y al llegar a Barcelona me encontré con… ¡Sandra La Mamarazzi! ¡Menudo subidón de alegría!
Y cuándo llegamos a la fábrica… Nos fascinó esta máquina expendedora de caldos… ¡Lo más!
Allí ya estaba esperándonos Cristina de Laboratorio de mamá, a la que personalmente no conocía, y Josep de Aneto que es el que se encargó de guiarnos durante la visita y atendernos fenomenalmente bien.
Nos enseñó toda la fábrica, después de tomar todas las medidas higiénicas pertinentes, y la verdad es que me encantó su forma de trabajo y comprobar realmente cómo hacen sus caldos. Totalmente naturales.
No es que sea publicidad, es que los caldos Aneto son naturales, sin concentrados, ni deshidratados, ni aromas añadidos. Y para que puedan consumirlos todo el mundo, sin lactosa, sin gluten y sin huevo. Y encima están deliciosos ¿Qué más se puede pedir?
De la fábrica no pudimos tomar fotos, así que no puedo mostrarte nada. Pero sí decirte que fue una visita muy grata y en la que pasamos por todos los procesos de fabricación.
Una vez visitada la fábrica nos llevaron a ver un huerto ecológico en el que cultivan algunas de sus verduras (coles, fundamentalmente). Y sí, fuimos en este precioso coche 🙂
Y cuando regresamos nos esperaba una rica comida a base de… ¡Caldo riquísimo! En realidad, era escudella, una sopa típica catalana para el día de Navidad, con sus galets enormes y sus bolitas de carnes. Carne y verduritas a la plancha, fruta… Todo delicioso.
Y vuelta a casa.
Pero la verdad es que fue un día fantástico, sentí como cuando iba de excursión con el colegio. Por diferentes motivos lo disfruté muchísimo: por la compañía y el buen rollo que hubo, porque me gustó mucho la forma de trabajar de Aneto y porque fue un día de desconexión para mí. Y eso, de vez en cuando, es salud.
Y para terminar este post sólo puedo decir que me encanta el caldo Aneto y que ya sabes que yo no soy muy de cocinar, pero que me gusta comer sano, y que tampoco tengo tiempo… Pues eso, que #soyaneter 😉
Feliz día,